La Endocarditis Infecciosa es una inflamación seria del endocardio, el revestimiento interior del corazón, y/o de las válvulas cardiacas.
Usualmente, la infección es causada por bacterias, pero en casos raros, hongos y otros organismos son los responsables. Los organismos suelen entrar al cuerpo por el uso de drogas intravenosas, por procedimientos médicos o dentales invasivos, o por cortaduras o lesiones en la piel.
Dos tipos de enfermedades no contagiosas son reconocidas:
=Endocarditis Infecciosa Aguda usualmente sobreviene de manera repentina y puede convertirse en una amenaza para la vida en cuestión de días. Este tipo de endocarditis infecciosa es causada por bacterias muy agresivas tipo estafilococo, estreptococo, neumococo, o gonococo.
= Endocarditis Infecciosa Subaguda (a veces llamada SBE por sus iniciales en inglés) se desarrolla gradualmente en un periodo de semanas o meses. Usualmente, es causada por la bacteria haemophilus o por un estreptococo diferente al que causa endocarditis infecciosa aguda.
La endocarditis infecciosa es más común en adultos en su quinta década de vida y especialmente prevalece en afro-americanos. Casi dos tercios de los casos se presentan asociados con una cirugía, a una condición preexistente o a un defecto del corazón.
Los pacientes con defectos congénitos del corazón son especialmente susceptibles a endocarditis. En las malformaciones como la comunicación interventricular, válvulas estenóticas o insuficientes, y en la persistencia del conducto arterioso, la sangre fluye a alta velocidad. Esta alta velocidad facilita que los elementos coagulantes de la sangre se adhieran a estos defectos. Si existen bacterias en la sangre, ellas se unen a estos elementos coagulantes y se adhieren al defecto, desarrollando una endocarditis en ese lugar.